Amics de la Rambla

Amics de la Rambla

Discurs d'Arturo San Agustín a l'acte de lliurament dels guardons de Ramblista d'Honor

21 d'octubre de 2019

El passat 15 d’octubre, Amics de La Rambla va lliurar els guardons de Ramblista d’Honor en un acte al Saló de Cent de l’Ajuntament de Barcelona.

Els guardonats van ser el Teatre Romea, Salvador Alemany i Arturo San Agustín.

Aquest és el seu discurs:

“Autoridades, amigos, comerciantes y floristas de la Rambla, buenas tardes.

Intentaré ceñirme al minuto que me han concedido para dirigirme a ustedes.

Gracias a los miembros del jurado que han valorado mi labor periodística y gracias a los Amics de la Rambla, en particular a Fermí Villar que es la persona que me descubrió algo muy importante para aquellos que frecuentamos la crónica urbana. Y lo que me descubrió Fermí fue lo siguiente: todo lo que acontece en la Rambla acaba sucediendo en el resto de barrios de Barcelona. La Rambla, pues, avisa. Lo que pasa es que el político, algunos políticos, cuando llegan y se sientan, tienden a no escuchar. Como todos, pero a ellos les pagamos para que nos escuchen.

Gracias, Eduardo Mendoza, por tus palabras generosas.

 A Eduardo, alguien lo definió en su momento como un biógrafo de Barcelona. Un biógrafo, esto lo digo yo, con sentido del humor, eso que tanto andamos necesitando en este país y que siempre ha necesitado la literatura. Creo que Eduardo es uno de los tres ciudadanos barceloneses que con su sola presencia mejoran nuestra ciudad.

Es un privilegio compartir el título de Ramblista de Honor con Salvador Alemany, que ya era alto cuando lo conocí hace muchos años en las canchas de los colegios La Salle Condal y la Salle Barceloneta. Entonces encestaba mucho, pero aún no mandaba. Aunque ya se le intuían las maneras.

Y es también un privilegio poder compartir este momento con el empresario Daniel Martínez, es decir, con el teatro Romea, a cuyo escenario está a punto de llegar Cicerón. Ya saben: fue el hombre que criticó a Julio César al considerar que había traicionado la República y se había convertido en un tirano. Cicerón, que acabó asesinado, siempre está vigente. Porque aquí y ahora sigue siendo una realidad que la verdad se corrompe con la mentira, pero también con el silencio.

Recibo el título popular de Ramblista de Honor, como un premio sin trompetería, sin fanfarrias y no sé si me lo merezco. Lo único que sé es que me gusta ser Ramblista de Honor.

Gracias a todos y que lo antes posible se vuelva a llenar de floristas profesionales la Rambla. Las necesitamos. Las necesita Barcelona.”

Buenas tardes y buenas flores.”

El dissabte 19 d’octubre, en la seva columna al diari La Vanguardia, l’Arturo San Agustín va escriure això.

La Rambla y Cicerón

Floristas de la Rambla. Floristas anteriores a los esclavos paquistaníes de la noche, que venden flores como si vendieran paraguas plegables, dudosos mejillones o ventiladores portátiles. Floristas, pues, verdaderas. Siempre me han gustado las floristas. Incluso las cinematográficas y callejeras como la inglesa Eliza Doolittle, aquella que interpretó Audrey Hepburn, o la violetera del popular cuplé, la del “ramito en el ojal”, que en el cine interpretó Sara Montiel. O sea que el martes, minutos antes de entrar en el Saló de Cent, tuve la suerte de poder conversar con el empresario Salvador Alemany y con Daniel Martínez, que es quien manda ahora en el teatro Romea. A los tres nos nombraron Ramblistes d’Honor, título barcelonés y popular que conceden los Amics de la Rambla y que yo siempre asocio con las verdaderas floristas: las legendarias Carolinas o Carme Romero.

Nada es casual. No es casual, pues, que al escenario del teatro Romea acabe de llegar el romano Cicerón. Aunque cínico y demagogo para algunos, todos reconocen que fue, entre otras cosas, un gran orador. También fue abogado, filósofo y gran defensor de los valores republicanos. Como ya saben: Cicerón criticó a Julio César al considerar que había traicionado a la República y se había convertido en un tirano. Y, como tampoco ignoran, también él acabó siendo asesinado por dos o tres sicarios al servicio de Octavia, la segunda esposa de Marco Antonio. Así vengó la muerte de Julio César. Parece que Octavia culminó su venganza escupiendo en la cara de Cicerón, arrancándole la lengua y atravesándosela con los pasadores que usaba para el cabello.

Cicerón siempre está de actualidad. La prueba es que consideraba que el tiempo que le había tocado vivir era malo. Si hacemos caso a sus palabras era tan malo como el que nos ha tocado vivir a quienes creímos, sólo durante un rato, que el franquismo y muchas de sus maneras morían con el llamado Generalísimo. Ignorábamos que el destino colectivo nos sorprendería con políticos sectarios, incompetentes y, como vamos viendo o sufriendo, ya descaradamente cobardes e inútiles. Pero, más allá de la política o la ausencia de ella, Cicerón atribuía los males de su tiempo a varias razones. Una de ellas era que los hijos habían dejado de creer en los padres. Y otra, la abundancia de libros. “Todos escriben un libro”. No se puede ser más actual. “Todos escriben un libro”. Otra cosa es que te den el premio Planeta, que es un pastón y mucha entrevista. Fue también Cicerón quien afirmaba que la verdad se corrompe con la mentira, pero también con el silencio. Lo dicho: no se puede ser más actual que el tío Cicerón. Parece que estuviera pensando en esta Catalunya incendiada de ahora mismo.

Y regresando a la Rambla del mi muy admirado Fermín Villar, que es donde he comenzado esta columna, creo que su solución no la tienen los urbanistas. Su solución la tienen los políticos competentes, pero está en las floristas verdaderas. Está en la rosa.”

LA RAMBLA DE BARCELONA
La Rambla és un dels indrets de Barcelona on bull més activitat, una ciutat dins d'una altra ciutat.
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