Amics de la Rambla

Amics de la Rambla

Resum de premsa sobre La Rambla. Abril 2020

30 d'abril de 2020

Dissabte, 4 d’abril de 2020

Metropoli Abierta

Lluís Regàs

Óscar Ubide: “El futuro de la Boqueria pasa por la venta 'online'"

 

​El gerente de la asociación de comerciantes del mercado dice que el futuro pasa por internet y los productos de proximidad

 

Óscar Ubide (49 años) paseaba a ritmo lento por los pasillos de la Boqueria hace menos de un mes. Observaba las paradas de fruta, las tradicionales y las que entusiasmaban a los turistas y luego se recreaba con las pescaderías, las carnicerías y muchos establecimientos especializados de un mercado con mucho sabor y color. Es el gerente de la asociación de comerciantes de la Boqueria. Conoce todos los rincones y muchos secretos y anécdotas de un mercado con 180 años de historia que sigue dando respuesta a las necesidades gastronómicas de los barceloneses durante la crisis del coronavirus.

 

¿Qué siente cuando va a trabajar y ve la Rambla tan vacía?

 

Impotencia y dolor. Después de que se decretara el estado de alarma, la gente estaba muy triste, tocada. Yo incluso lloraba cuando paseaba por los pasillos de la Boqueria, que pasó de tener mucha vida a convertirse en un desierto tétrico en 24 horas.

 

¿Ésta es la situación más crítica que vive la Boqueria desde el final de la Guerra Civil, en 1939?

Me imagino que sí. La gente que trabaja en la Boqueria comenta que nunca había vivido una situación parecida. Barcelona ha sido víctima de grandes nevadas, de un atentado terrorista en la Rambla y ha padecido crisis muy duras, pero nunca una situación tan incierta como la actual. Hace un mes nadie podía imaginarse que el mundo viviría una crisis sanitaria y económica de esta magnitud por culpa de una pandemia.

 

¿Cuántas paradas hay abiertas cada día en la Boqueria?

 

Las cifras varían. No podemos hablar de una cantidad fija. Sin contar los lunes, que es un día anecdótico para cualquier mercado de Barcelona, podemos cifrar en unas 45 paradas las que abren de martes a jueves. Los viernes y los sábados se trabaja más y en la Boqueria hay unas 60 paradas abiertas. La actividad se concentra fundamentalmente por las mañanas y algunas tiendas cierran hacia las 14:00 horas. Estos días suelen haber paradas abiertas hasta las 18:00 horas. Más, no. Y es entonces cuando el mercado cierra sus puertas. Antes de esta crisis, el horario se extendía hasta las 20:30 horas.

 

¿La Boquería tiene algún problema de abastecimiento desde que se decretó el estado de alarma en España?

 

De momento, el género llega con facilidad. Solo hemos tenido algún problema puntual con el pescado. Mercabarna está funcionando bien, a pleno rendimiento, y los mataderos de carne, también.

 

¿Qué establecimientos resisten mejor en la actual situación de excepcionalidad?

Las paradas que ofrecen productos básicos y frescos. En estos momentos de tantas dudas y miedos, la gente no busca filigranas ni productos especializados. Los productos más vendidos son la fruta, la verdura, la carne de cerdo fresca, la carne de ternera y el pollo. En pescados funciona muy bien la dorada, la merluza y la caballa. También nos piden mucha sardina, pero ahora no es temporada alta.

 

La ausencia de turistas tendrá un impacto muy negativo para la Boqueria.

 

Sí. Nos condiciona totalmente. Hace un mes, igual nos visitaban 50.000 personas al día. Ahora, obviamente, muchas menos, aunque no sabría decirle una cifra. Los martes, los viernes y los sábados son los mejores días. Las ventas han experimentado una fuerte caída. La ausencia de turistas y el cierre de bares y restaurantes está teniendo un impacto muy negativo en todos los mercados de Barcelona.

 

La actual crisis marcará el futuro de muchos negocios. ¿Por dónde pasa el de la Boqueria?

El futuro de la Boqueria pasa por la venta online. Esta crisis potenciará las compras por internet. Sin duda. La Boqueria tiene un gran tradición en Barcelona, una historia de 180 años, y siempre ha evolucionado en sintonía con la ciudad. Hasta ahora se había detectado una falta de confianza en la venta online en algunos clientes y en los mismos vendedores. Esto cambiará radicalmente y se producirá un importante cambio de hábitos. La gente suele tener miedo a los grandes cambios, pero las ventas por internet están funcionando muy bien durante el confinamiento. Incluso los comercios más reacios a dar este paso, se están dando cuenta de que la viabilidad de sus negocios pasa por ahí. En los próximos meses tendremos que reforzar la venta online con buenas campañas.

 

Muchos clientes habituales también han optado por el servicio a domicilio.

Sí. Hemos habilitado un servicio a domicilio para gente mayor desde que se decretara el estado de alarma. El 85% de las entregas, en este caso, se hacen en Ciutat Vella.

 

¿Tiene porcentajes del incremento de la venta online?

 

La venta online se ha multiplicado por 10. Atendemos los pedidos de toda la ciudad y del Baix Llobregat. La Boqueria puede dar respuesta diaria a todas las peticiones que recibe, mientras que los supermercados están sirviendo a siete o 15 días vista. Estos días estamos recibiendo muchas muestras de cariño y agradecimiento.

 

¿De qué infraestructura dispone la Boqueria para garantizar la entrega de cualquier pedido en un mismo día?

 

Tenemos dos personas en el mercado y otras dos con teletrabajo para atender todos los pedidos. El reparto lo hacemos a través de Manzaning, que también trabaja para otros mercados de Barcelona.

 

¿Qué otros cambios prevé cuando superemos la actual pandemia?

 

La crisis del coronavirus potenciará el producto de temporada y proximidad. Ya lo estamos detectando ahora.



¿Cuándo cree que la Boqueria recuperará la normalidad

 

A partir de marzo de 2021. El confinamiento actual puede prolongarse durante un mes y luego habrá uno o dos meses más de incertidumbres. También deberemos gestionar la crisis del turismo, que caerá en picado hasta la primavera del próximo año, y de dos sectores que dependen mucho del consumo exterior como son los hoteles y los restaurantes. Todos tenemos muchas dudas, pero creo que nos costará ir al cine, a los restaurantes, a los grandes eventos deportivos. Los negocios relacionados con grandes aglomeraciones lo pasarán mal. El coronavirus cambiará, completamente, nuestras vidas.

 

¿Con la prevista caída del turismo activarán campañas para acercarse al cliente local, a los barceloneses?

 

Tendremos que adaptarnos al nuevo escenario y potenciar la campaña de aproximación a los barceloneses que ya empezamos con motivo del 180 aniversario del mercado de la Boqueria. Tendremos que reforzar aún más esta idea.

 

¿Qué respuesta espera de las administraciones?

 

Europa y todas las administraciones, tanto nacionales como autonómicas y locales, deben entender que ha llegado el  momento de endeudarse. Mucha gente sufrirá cuando superemos esta pandemia y las administraciones deben ser sensibles y estar a la altura.

 

https://www.metropoliabierta.com/quien-hace-barcelona/oscar-ubide-futuro-boqueria-venta-online_25996_102.html

 

Dimarts, 7 d’abril de 2020

20 minutos

Puri Caro

Las estatuas humanas de la Rambla piden ayudas "durante" la crisis del Covid-19 y que no sean por "concurso"

 

Critican que se deba "concursar en una emergencia social para recibir ayudas solidarias" como las que ha anunciado la alcaldesa Ada Colau al sector cultural por valor de un millón de euros. 

El nuevo reglamento municipal para esta actividad iba a ponerse en marcha a finales de abril.

La asociación de artistas callejeros ha presentado un contencioso-administrativo contra el concurso del Ayuntamiento, celebrado en noviembre. 

 

La Rambla de Barcelona ha sido herida diversas veces a lo largo de su espléndida historia. El último y más doloroso zarpazo lo recibió el 17 de agosto de 2017, cuando fue golpeada por un ataque terrorista yihadista en el que perdieron la vida 15 personas. Ahora, la herida es invisible. Un virus ha vaciado esta emblemática calle de turistas, floristas, vendedores y estatuas humanas, uno de sus principales reclamos. 

 

Los representantes de este colectivo de artistas callejeros enviaron el pasado lunes una segunda instancia al teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento, Joan Subirats, en la que reclaman a las autoridades municipales competentes una "subvención extraordinaria para salvar a los artistas de la calle de Barcelona y a las estatuas humanas del impacto del Covid-19", que ha paralizado por completo su actividad. La primera carta la hicieron llegar al Institut de Cultura de Barcelona (Icub) el pasado 26 de marzo. 

 

En este segundo escrito, consideran erróneo que los responsables culturales de la ciudad hayan optado por "medidas de apoyo al tejido cultural de la ciudad" por valor de un millón de euros a causa del coronavirus "para después de la crisis sanitaria y no durante la misma".   

 

Tampoco comparten que se "publicite un concurso de subvenciones en el que se seleccionarán qué colectivos culturales recibirán ayudas". En este sentido son categóricos en su argumentación: "No se debería concursar en una emergencia social para recibir una ayuda". 

Estas quejas, urgentes, dado que dejaron de ganar dinero desde que se entró en vigor el confinamiento el pasado 14 de marzo, se añaden a las que ya acumuló el colectivo el pasado mes de febrero, relacionadas con la nueva reglamentación de su actividad. 

 

La nueva regulación de las estatuas, parada

 

Las licencias de artistas humanos pasan de 30 a 24, con dos turnos de 12 estatuas cada uno. Estas se seguirán concentrando en la Rambla de Santa Mònica, en el tramo final de la misma y más cercano al mar, una ubicación que no gusta a estos trabajadores, que preferirían volver a distribuirse por todo el paseo como antaño. 

 

Las estatuas con licencia de ocupación del espacio público ganadoras del concurso iban a iniciar su actividad a pie de calle a finales de este mes de abril, algo que ya no podrá ser, de momento. Una de las mejoras conseguidas era la de poder utilizar tres vestuarios alternativos por estatua, uno más que los dos actuales. 

 

"Las bibliotecas o los museos se pueden acoger a un ERTE, nosotros no"

El portavoz del gremio y presidente de la asociación, Walter San Joaquín, es conocido por ser la figura del Don Quijote en La Rambla. El hombre de la triste figura lo es un poco más por esta pandemia. Muchos de sus compañeros en La Rambla han tenido que regresar a casa de familiares o amigos ante la falta de ingresos. Walter también, está con su hermana.

"Nuestro arte está institucionalizado porque tenemos una credencial, pagamos la tasa de uso de la vía pública (de 200 euros anuales) y estamos considerados como patrimonio cultural inmaterial pero en cambio no recibimos ayuda al no tener una institución detrás ni ser autónomos. Las bibliotecas o los museos pueden acogerse a un ERTE, nosotros no", explica. 

 

Además, nadie les asegura cómo será su trabajo en la calle tras el confinamiento: "Quizás nos encontremos luego con una Rambla vacía", añade. 

 

En cuanto a la nueva regulación de las estatuas, han presentado un contencioso-administrativo contra el concurso celebrado en noviembre y la feria artesanal de Santa Mònica ha presentado a su vez una instancia porque la nueva normativa incluye a tres estatuas en su espacio de venta. 

 

Por eso, para Walter y sus compañeros sigue rigiendo la regulación del año 2012, la del gobierno municipal del alcalde Xavier Trias, porque "ninguna estatua humana tiene licencia del nuevo concurso ni lugar asignado". 

 

Pero San Joaquín sobre todo lamenta que los concursos de subvenciones para esta emergencia social por el Covid-19 sean para un espectáculo o puesta en escena y no para ellos y además solo posteriores a la crisis sanitaria: "Esto es como anunciar que se va a ir a apagar un incendio cuando solo quedan las cenizas". 

 

https://www.20minutos.es/noticia/4219382/0/las-estatuas-humanas-de-la-rambla-piden-ayudas-durante-la-crisis-del-covid-19-y-que-no-sean-por-concurso/

 

Dilluns, 13 d’abril de 2020

El País

Àngels Pinyol

La sacudida comercial que viene

 

El pequeño comercio de Barcelona afronta a una aguda crisis; La Boqueria potencia la venta ‘online’ y mira al barrio tras la caída de turismo

 

Son las 12.00 del Jueves Santo y, como cada día, por los megáfonos de La Boqueria suena Resistiré para animar a los vendedores que siguen abriendo y a los pocos clientes que hay en sus desangelados pasillos. Lluïsa Ripoll, quinta generación de pescaderos, con mascarilla y guantes, sigue preparando los pedidos que le han hecho online y Carmen Cortijo aguarda paciente a que alguien acuda a su ahora solitaria frutería. Golpeado por la pandemia, el mercado de La Rambla, que había abrazado al turismo, medita cómo reinventarse para driblar una crisis colosal que tiene en jaque al comercio de Barcelona.

Sentado en taburete de un bar del mercado, ahora cerrado, Óscar Ubide, gerente de La Boqueria, asume que el turismo se desplomará mientras al lado unos trabajadores miran en las pantallas gigantes las noticias sobre el coronavirus. “Cada comercio tendrá que ver cómo se reinventa”, dice. Y revela que una de las grandes paradas de zumos, cerrada, abrirá ya mañana con fruta y verdura. “Algo hemos ganado dentro de la catástrofe”, admite. “La realidad es la que es. Los mercados no funcionan como deberían. Los hábitos han cambiado. La gente ha dejado de venir a comprar”.

 

La Boqueria cuenta con 200 paradas y los lunes abren 16; de martes a jueves, entre 45 a 50 y de viernes a sábado, entre 55 y 63. La dirección ha visto como aumentaban un 10% los pedidos online y ha activado las entregas gratis a las casas de los abuelos del barrio. “Es una buena idea. Se les podría haber ocurrido antes”, apunta la carnicera María José Barrachina, de 54 años, que diversificó su parada vendiendo burritos de carne para captar turistas: “Veo el futuro negro”.

 

Máximo López, gerente del Instituto Municipal de Mercados, cree que la crisis puede ser una oportunidad para que La Boqueria mire menos al turismo y más a los vecinos, que a veces tenían la sensación de que ir al mercado era casi, como describe uno, ir a Port Aventura. “Es el momento de potenciarlo”, alega. “No era un buen escenario solo la venta de zumos. Este es un servicio municipal público. Hay que tender al equilibrio y recuperar la esencia”. Con todo, López avisa de que es un mercado tan grande que incluso ahora tiene más paradas abiertas que el de Sant Antoni, con 52.

 

“Nosotros hemos vendido y venderemos a quien entre”, se defiende Cortijo, la frutera. Salvador Capdevila, presidente de la Asociación de Vendedores de La Boqueria, es comprensivo con ese colectivo y apunta que acomodaron su oferta a la demanda. “Si no, habrían cerrado”, zanja. A Capdevila no le preocupa demasiado la caída del turismo porque tiene la certeza de que seguirán recibiendo clientes —“Si no son extranjeros, serán del país”— y dice que los comerciantes se readaptarán. Su gran inquietud es que los hoteles y restaurantes, los principales clientes, no pagan los pedidos. “Si ellos cierran, perderemos ventas”, afirma y aclara que los turistas son lo más llamativo pero no la primera fuente de ingresos.

 

Alfonso Domínguez, propietario con sus hermanos del Kiosk Universal, lleva 44 años trabajando en La Boqueria. Augura que el impacto de la pandemia puede ser la “puntilla” para el mercado, cuyo modelo de venta ya considera de por sí en crisis. Por ello, explica, muchos vendedores optaron por el turismo como método de “supervivencia”. Ahora vaticina que con esta crisis cerrarán la mitad de puestos en un par de años. “Veo en general un caos. La oferta gastronómica está prevista para 3 o 4 millones de personas y no para 1,5. El pequeño comercio se resentirá”, avisa. No habrá normalidad, dice, hasta dentro de un año si es que hay vacuna.

Las dudas abruman al sector. Aex Goñi, presidente de PIMEC Comerç, plantea esta doble incógnita: “Cúando abriremos y cómo”. “No soy de llorar pero las facturas y los recibos son implacables a fin de mes. Y se han hecho ERTE”. Y revela que una pescatera de Girona le llamó llorando porque ha tenido que cerrar porque ha perdido a sus clientes, los restauradores. Tras afirmar que pasan horas buceando en el BOE y el DOGC ayudas que no acaban de llegar, Goñi recuerda que el comercio representa el 16% del PIB de Barcelona. “El 95% de comercio es pequeño comercio. Las calles sin tiendas son ásperas y corremos el riesgo de que abran”, avisa.

 

Temporada perdida

 

Salva Vendrell, presidente de Barcelona Comerç, da por perdida la temporada turística de este año y pone un interrogante sobre la de 2021. Pero más allá del turismo, califica de “dramática” la situación de los restaurantes y pequeños comercios que estarán dos meses cerrados. “No ha habido condonación de impuestos. Hemos seguido pagando salarios, deudas y proveedores. La cuestión es cómo y cuántos volverán. Muchos nos dicen directamente que no abrirán. Los números no cuadran”, apunta vaticinando que una gran parte deberá endeudarse y volver a empezar de cero.

 

Ripoll ha visto cómo las ventas online de peix.cat se disparaban. Fue pionera al optar hace años por esa vía tras la crisis y las obras del parking. “Eso nos hizo perder cuota. Parecíamos figurantes. Nadie compraba fruta y mucha gente se reconvirtió. Igual yo hubiera hecho lo mismo. Quizá se consintió y se desvirtuó pero, a toro pasado, todos somos Manolete", reflexiona. Es escéptica con los guiños que La Boqueria lance al barrio porque dice que no lo tiene. Que es tan grande que se ha pasado la vida “robando” clientes y que es de todos. “La crisis debería servir para nos volvernos a situar en el mundo: los mercados somos una pieza esencial en la vida de la gente. Podemos darnos una oportunidad”, pide.

 

https://elpais.com/espana/catalunya/2020-04-12/la-sacudida-comercial-que-viene.html

Dimarts, 14 d’abril de 2020

El Periódico

Entre todos (Cartas al Director)

Vicente Gascón

"Volveremos a ver nuestra Rambla en pleno auge"

 

Quién iba a decirnos solo hace dos meses que la estampa de nuestra querida ciudad sería esta. Una ciudad vacía, sin el ajetreo de viandantes y turistas; una Rambla sin sus floristas, comerciantes y personal variopinto. Esta rambla, testigo inexorable de tiempos mejores. Que ha sabido sobreponerse a tiempos difíciles con el carácter y carisma de sus gentes de bien. Hoy vive recluida en su propio confinamiento. Pero con la ayuda de todos saldremos de esta, y volveremos a ver nuestra rambla en pleno auge, repleta de sus gentes, con el trasiego de turistas caminando arriba y abajo, con sus comerciantes dándole vida a nuestra ciudad, con sus esquinas como escaparate de maleantes y prostitutas. La Rambla volverá, porque los tiempos difíciles pasarán, pero ella permanecerá siempre en el corazón de todos los que por ella se inspiraron, caminaron, vivieron, pasearon y trabajaron.

 

https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/volveremos-a-ver-nuestra-rambla-en-pleno-auge-199949

 

Divendres, 17 d’abril de 2020

La Vanguardia

La sonrisa de la Boqueria

 

Retrato del carismático bar Pinotxo del popular mercado de la Rambla, donde normalmente es casi imposible encontrar un sitio libre en sus taburetes y banquetas

 

“El Pinotxo es una leyenda viva del mercado de la Boqueria, y uno de los sitios donde comer en este mercado barcelonés, al igual que su propietario, Juanito Bayén, uno de los personajes más característicos del recinto”, detalla Joan Soldevila Adán a la hora de compartir su reportaje fotográfico en Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia.

 

“Lleva toda la vida abriendo el bar a las 6 de la mañana para que los trabajadores del mercado puedan tomar el café y para prepararlo todo para que, desde las 8 de la mañana hasta las 20 h de la tarde, lunes y sábado, todos los que se acercan al mercado y al bar, puedan disfrutar de su calidad gastronómica”, relata.

 

“Lo mejor es ir con tiempo y aprovechar los momentos de menos afluencia de gente para poder dar un paseo y encontrar espacio, algo casi imposible en los taburetes y banquetas de la barra del Pinotxo”, afirma.

 

“Él es, sin duda, con su carisma, sonrisa y simpatía, el icono más conocido del mercado más famoso de famoso de Barcelona y de los mejores del mundo”, asegura el autor de las instantáneas.

 

La Boqueria es uno de los recintos más visitados de Barcelona al encontrarse junto a la Rambla. Además de ser un lugar donde se puede comprar todo tipo de productos frescos, es también una atracción turística.

 

El mercado fue inaugurado en 1840, pero sus orígenes están al aire libre, ante las puertas de la antigua ciudad, en la explanada del Pla de la Boqueria, donde vendedores ambulantes y labradores de los pueblos y masías próximas se instalaban con el fin de vender sus productos, antes de que la ciudad se saliera de sus primeras murallas.

 

Este mercado se hacía fuera de las murallas de la ciudad por ahorrar el impuesto de entrada de mercancías. Antes del mercado, estuvo en el mismo lugar el convento de Sant Josep. De hecho, el nombre oficial de la Boqueria es el Mercat de Sant Josep.

 

https://www.lavanguardia.com/participacion/las-fotos-de-los-lectores/20200417/48574341916/retrato-bar-pinotxo-mercado-boqueria-rambla-barcelona.html

 

 

 

 

Dijous, 23 d’abril de 2020

El diario

La Rambla de Barcelona totalmente vacía durante la jornada de Sant Jordi, vista desde un dron

 

La unidad aérea de los Mossos d'Esquadra ha captado imágenes de la ciudad totalmente vacía durante la Diada más atípica por el coronavirus 

 

La Rambla vacía de arriba a abajo durante el día de Sant Jordi es una imagen que nadie podía imaginarse hace solo unos meses. Este jueves sin embargo ha ocurrido lo inesperado, debido al confinamiento por la crisis sanitaria del coronavirus. La unidad aérea de los Mossos d'Esquadra ha grabado con su dron una ciudad totalmente vacía durante la Diada del 23 de abril. 

 

El vídeo ofrecido por la policía catalana repasar varios lugares icónicos de la ciudad además de la Rambla, como la plaza Catalunya o Portal de l'Àngel, todos ellos a vista de pájaro y como nunca se habían visto: sin paradas, sin libros, sin rosas y, en definitiva, sin nadie por la calle.

 

https://www.eldiario.es/catalunya/Rambla-Barcelona-totalmente-Sant-Jordi_0_1019799030.html

 

Divendres, 24 d’abril de 2020

La Vanguardia

Luis Benvenutti

La Rambla pide a los barceloneses una segunda oportunidad

 

Tabla rasa. La pandemia está obligando a la Rambla a empezar de nuevo. La globalización, las tiranías del mercado y el efecto mariposa siempre desdibujaron los sucesivos intentos de transformación del escaparate más internacional de Barcelona. Pero paradójicamente en estos momentos esas mismas fuerzas tan todopoderosas y caprichosas obligan más que nunca a la transformación del lugar. La Rambla vivió ayer un Sant Jordi de película catastrofista de ciencia ficción sobre el fin de nuestra sociedad. Las floristerías, cerradas... y las plantas, en su interior, ya marrones, crujiendo.

 

Aprovechemos estas distópicas circunstancias se dicen ya unos cuantos. La asociación de vecinos y comerciantes Amics de la Rambla escribió esta semana una carta a todos los concejales, y también a Turisme de Barcelona y a la dirección general de Comerç de la Generalitat, para pedirles que entre todos alcancemos el objetivo que desde hace más de 20 años se viene mentando cada vez que se habla de recuperar este caricaturizado paseo: que los barceloneses le den a la Rambla una segunda oportunidad. Aunque sólo sea por los viejos tiempos. Ante los nuevos escenarios de película catastrofista de ciencia ficción en los que la gente de repente viaja mucho menos este cambio es más posible y sobre todo más obligado que nunca. Muchos ya están pergeñando esta Rambla del futuro. Ello, sin embargo, no es incompatible con el proyecto de transformación urbanística que el gobierno de la alcaldesa Ada Colau lleva años ultimando. Vecinos y comerciantes entienden que ejecutar esa esperada reforma es más urgente que nunca. Únicamente hemos de ponerle unas cuantas guindas. A lo mejor no tenemos tan malas cartas como últimamente se antojaba. A lo mejor el ingenio es más valioso de lo que parece. A lo mejor hasta no salimos tan mal parados de esta. Ayer cuatro estudiantes de arquitectura mejicanas arrastraban una maleta con ruedas por el carril central. “No, no somos turistas –dijeron entre risas–. En la maleta llevamos la compra del supermercado”. “No, no quisimos irnos cuando pudimos –dice otra, más seria–. Queremos vivir aquí”.

 

“Es el momento de repensarlo todo –puede leerse en la misiva que Amics de la Rambla–, tanto a nivel comercial, económico y laboral como a nivel social: la oferta que estaba destinada al turismo en su totalidad lo tendrá muy mal para subsistir, al menos durante los próximos 12 o 15 meses. La situación dramática que nos espera ha de ser aprovechada para regenerarnos. Y lo que valga para la Rambla valdrá también para una gran parte de Barcelona. Por todo ello la Rambla ha de ser la zona cero desde donde iniciar el cambio de hábitos económicos, sociales y culturales”.

Cualquier rincón de la ciudad es tan digno como la Rambla. Lo que ocurre es que este paseo, esta suerte de laboratorio urbano, para bien y sobre todo para mal, siempre adelanta las tendencias que marcan la evolución del resto de la ciudad.

 

La reivindicación

 

Amics de la Rambla pide al Ayuntamiento medidas especiales para el desconfinamiento

Aquí se abrió la primera tienda de recuerdos de Barcelona, en 1924. Sus supermercados fueron los primeros en darse cuenta de que se podía ganar mucho más dinero atestando sus estantes con botellas de sangría con forma de toro que con tetra bricks de leche. Y aquí, en el tramo final, siempre concluían de madrugada las rutas de borrachera montadas para que los jóvenes guiris se llevaran un borroso recuerdo, el de cuatro chupitos y acceso a una disco por 15 euros. Y ahora, de repente, la Boqueria, el que fuera take away más grande del sur de Europa, vuelve a ser un mercado de barrio donde la mayoría de clientes vive en la ciudad y viene a hacer la compra en lugar de selfies junto a pinzas de langosta y cabezas de cerdo.

De todas formas, el reajuste alos nuevos tiempos no será fácil. Ayer, en el mercado, alrededor de un tercio de los puestos estaba cerrado, principalmente los dedicados a zumos, macedonias y comida para llevar.

 

“Venimos de tener sobrepeso porque comíamos cualquier cosa –reconoce un comerciante, uno de los de siempre, que ahora está mano sobre mano y tiene más tiempo para pensar–, y ahora de repente se nos impone una dieta forzada. Tenemos que aprovecharla para aprender a seleccionar mejor con qué nos queremos alimentar”.

 

Más allá de pedir ayudas económicas sectoriales en unos tiempos en los que la inmensa mayoría de sectores dice que está tocado de muerte, Amics de la Rambla propone a las administraciones un ejercicio de ingenio que tendrá que recurrir a la improvisación según vayan cambiando los escenarios. Estos días Barcelona está haciendo un gran esfuerzo para atender a todo el mundo en estos complicados momentos, pero también es cierto que ha de espabilar en la preparación del postconfinamiento.

 

“Parece difícil de tan fácil que es –sigue la carta de la asociación de vecinos y comerciantes a los ediles, con algunos tajos para que quepa en estos párrafos–.¡Llevemos la oferta a la calle! El coro del Liceu al Pla de l’Ós, jam sessions en la plaza Reial, más debates en la Virreina, flamenco ante el teatro Principal, artes escénicas delante del Santa Mònica… Las familias han de aprovechar las muchas actividades que proponemos desde hace tiempo y navegar de nuevo en las Golondrinas, aprender jugando el museo Marítim, subir al mirador de Colón… Así animaremos a la gente de Barcelona para que vuelva a la Rambla y pueda reencontrarse con aquellas actividades tradicionales que aún resisten, como casa Beethoven, las floristas que continúan vendiendo flores o los puestos de la Boqueria que en estos momentos tan difíciles están dando servicio a los vecinos de los alrededores. Y los restaurantes que no tenían oferta para la gente de aquí la acabarán teniendo: ahora es el momento para que la gente de Barcelona pueda sentarse en una terraza y disfrutar otra vez de la sala de ball de Barcelona ”, que decía Josep Maria de Sagarra.

 

Hasta que se desató la pandemia un puñado de restaurantes de la Rambla trataban de promocionar unos menús de 15 euros destinados principalmente a atraer a la gente que trabajaba por los alrededores. Sí, el futuro es muy incierto, a saber cuándo y cómo reabrirán los bares y restaurantes, pero es muy posible que en estos momentos la idea de servir menús a la gente no les parezca tan estúpida a todos aquellos hosteleros siempre empeñados en servir jarras de un litro a 12 euros a quien muy confiado va y pide una cerveza en sus terrazas. Ayer, en esta película de ciencia ficción catastrofista, el supermercado que se especializó en botellas de sangría con forma de toro, a pesar de que podía abrir como tantos colmados, estaba cerrado. En esta encrucijada la Rambla puede volver a ser el punto de partida la transformación de Barcelona, y quizás incluso hasta de su redención.

 

Nunca los planes de reforma de la Rambla se antojaron tan pertinentes como ahora. “En realidad es el momento de adelantarla –asegura Fermín Villar, de la asociación de vecinos y comerciantes Amics de la Rambla–. Porque esta reforma nace del plan especial de la Rambla, y entendemos que es más vigente y necesaria que nunca. Y si no se puede adelantar que al menos mantenga su calendario. Vamos a pasarlo muy mal, van a venir tiempos muy duros… y lo ideal será que una vez comience la recuperación tengamos ya las obras listas”.

 

La verdad es que la muy esperada reforma de este paseo no hace otra cosa que acumular un retraso tras otro. En principio, tiempo atrás, ya en el mandato anterior, se suponía que los trabajos comenzarían a finales del 2019 o a más tardar a principios de este año. Pero el pasado enero la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, reconoció de un modo muy humilde, pidiendo disculpas a la gente, en una reunión con vecinos de Ciutat Vella, que las obras no arrancarán hasta el año que viene. Los enfrentamientos políticos de los distintos grupos en torno a la elaboración del presupuesto municipal dieron pie a esta demora.

 

Antes de que el Gobierno central declarara el estado de alarma y se sumiera todo en este extraño paréntesis las entidades ciudadanas implicadas en la transformación del paseo esperaban ya un tanto impacientes conocer al fin el proyecto ejecutivo de esta reforma, y después ver cómo las obras comenzaban a licitarse por tramos. De hecho, las del primero salieron a concurso poco antes de establecerse el confinamiento. Ahora, no obstante, el Ayuntamiento está en un brete. Ha de decidir qué obras prioriza una vez concluya el estado de alarma.

 

Además, Amics de la Rambla también pide al gobierno de la alcaldesa Ada Colau que, a tenor de las nuevas circunstancias, se plantee la revisión de los planes usos de la propia Rambla y de todo el distrito de Ciutat Vella. “Las inmobiliarias nos cuentan que muchos locales están quedando libres. El Ayuntamiento debería flexibilizar las normativas para echar una mano a las nuevas actividades económicas. Es una vieja reivindicación que ahora está más en boga que nunca. Una tienda de delicatesen no puede tener la misma categoría y limitaciones que tiene un colmado. Necesitaremos que se abran nuevos negocios para adecuarnos a la nueva realidad y las normativas han de ser un estímulo, no otro palo en las ruedas”.

 

https://www.lavanguardia.com/local/barcelona/20200424/48691758483/la-rambla-pide-a-los-barceloneses-una-segunda-oportunidad.html

 

Divendres, 24 d’abril de 2020

La Vanguardia

Piden relanzar la oferta cultural en La Rambla ante futura crisis turística

 

El presidente de Amics de la Rambla, Fermín Villar, ha animado en una misiva dirigida a los grupos municipales a relanzar la oferta cultural de este icónico paseo barcelonés vista la reducción del número de turistas que se espera en los próximos meses.

 

Villar defiende en su carta, titulada "La Rambla: zona cero del día después", que debe volver a buscarse al "público local" para emprender un "cambio económico, social y cultural".

Llama así a potenciar espacios culturales como el Liceo, el Poliorama o el Romea, locales de ocio como el Karma, el Jamboree o el Sidecar u otros como el Museo de Cera o el Museo de las Ilusiones.

 

"Animaremos a la gente de Barcelona a que vuelva a la Rambla y pueda reencontrar esas actividades tradicionales que todavía resisten, como la casa Beethoven, los floristas de la Rambla o las paradas de la Boquería", prosigue el texto.

Añade la misiva: "Ahora debe ser el momento para que la gente de Barcelona pueda sentarse en una terraza de la Rambla y gozar de la 'sala de baile de Barcelona'. Y los comercios que no tenían oferta para público local deberán adaptarse a ello".

 

Villar pide a al distrito de Ciutat Vella y a las distintas áreas del gobierno municipal su "complicidad" en esta tarea, que resulta "indispensable" para afrontar este camino.

"Ahora más que nunca debemos aprovechar para enviar a la ciudadanía de Barcelona un mensaje lleno de simbolismo sobre la nueva realidad: hacer desaparecer unas paradas orientadas únicamente al turismo poniendo en su lugar bancos para sentarnos", reza la carta en última instancia.

 

https://www.lavanguardia.com/politica/20200424/48693614404/piden-relanzar-la-oferta-cultural-en-la-rambla-ante-futura-crisis-turistica.html

 

Diumenge, 26 d’abril de 2020

El País

Alfonso L. Congostrina

La Rambla, en proceso de reinvención

 

La pandemia afecta a las arcas del Ayuntamiento de Barcelona y pone en peligro la reforma del paseo

 

Walter Daniel San Joaquín es uno de los personajes más populares de La Rambla de Barcelona. Lleva desde 2011 trabajando en el paseo, aunque poca gente le conoce por su nombre. Es una de las estatuas humanas que se viste de Don Quijote, en la zona de Santa Mónica. San Joaquín ha visto como, de la noche a la mañana, su manera de vivir desaparecía engullida por la pandemia que ha segado de cuajo también el turismo. Fermín Villar, presidente de la entidad Amics de la Rambla, ha hecho pública una carta donde vaticina la muerte turística, como mínimo este verano, y anima a los comerciantes, empresarios y vecinos a convertir el paseo en “la zona cero desde donde iniciar el cambio económico, social y cultural” de la ciudad. Villar asegura que tiene una fórmula para conseguir ese propósito: “Parece difícil de fácil que es: hay que volver a dirigirse al público local”. Un cambio de rumbo que no desagrada al Ayuntamiento de Barcelona, que todavía tiene que analizar cómo ha afectado a sus arcas públicas la pandemia y que comienza a hacer público que la ansiada remodelación de la Rambla quizás vuelva a la lista de cosas pendientes si la crisis social (o humanitaria) se cronifica en la ciudad.

 

“Mis compañeros y yo hemos quedado absolutamente fuera de todo. No tenemos ayudas sociales, no es posible hacer un ERTE, el Instituto de Cultura del Ayuntamiento no cuenta con nosotros. No hay nada para nosotros", denuncia San Joaquín. La parte más débil del paseo es la primera que se ha visto arrasada por el obligado confinamiento. El resto, también.

Villar advierte de que es el momento de hacer un cambio de rumbo para que “la gente de Barcelona pueda sentarse en una terraza de la Rambla”, aquellos bares de, hasta ahora, paella precocinada y tanques de cerveza a 12 euros. El presidente de Amics de La Rambla pide a los comercios que se adapten al “público local”. Y lanza un mensaje al Ayuntamiento pidiendo aprovechar la situación para eliminar las paradas de los antiguos pajareros reconvertidas ahora en tenderetes de recuerdos para turistas y se coloque en su lugar bancos para sentarse. Villar, en declaraciones a EL PAÍS, mantiene que restaurantes y comercios de La Rambla tienen ahora la oportunidad de mejorar, “sobre todo aquellos que estaban indicados exclusivamente a turistas y había bajado los estándares de calidad”.

 

Además, el paseo tiene pendiente una reforma que no acaba de arrancar. El Consistorio está redactando ahora el proyecto ejecutivo que no se aprobará, como mínimo, hasta septiembre, y cuyas obras, en las previsiones más optimistas, no comenzarán hasta 2021. Unas obras que se harán por tramos y que durarán seis años. “La reforma debe comenzar cuanto antes. Hasta que recuperemos el turismo pasarán como mínimo dos años. No podemos estar todo este tiempo pasando penas y justo cuando veamos la luz que comiencen a levantar el paseo”, sostiene el presidente de Amics de la Rambla.

 

El concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, asegura que se mantiene “vigente” su compromiso con la Rambla y considera esencial que los barceloneses vuelvan a recuperar el paseo como epicentro de la vida cultural y urbanística. “Las obras son solo una parte más del proyecto y, hoy por hoy, tenemos todavía que comprobar en qué situación financiera queda el Consistorio después de esta crisis. Tenemos que ver qué fondos hay que destinar para que la ciudadanía quede afectada lo mínimo posible por la crisis que se arrastra después de la pandemia”, lamenta Rabassa. 

 

https://elpais.com/espana/catalunya/2020-04-26/la-rambla-en-proceso-de-reinvencion.html

 

 

 

 

LA RAMBLA DE BARCELONA
La Rambla és un dels indrets de Barcelona on bull més activitat, una ciutat dins d'una altra ciutat.
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